La lactancia materna es la alimentación natural de cuerpo y alma. Aunque un recién nacido nace con el instinto de la succión, es la madre quién debe prepararse mucho antes de concebir. Para esta nueva etapa, necesitarás toda la información posible basada en evidencias, mientras que destierras los mitos.
Junto con el apoyo de tus familiares, allegados y del personal de Salud especializado en Lactancia Materna, no tendrás que preocuparte31
En el siguiente artículo de Clínica Internacional, mencionaremos algunos de los problemas que suelen presentarse durante la lactancia, especialmente cuando la madre no tiene mucha información.
1. Baja producción de leche
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Puede ser fácil pensar que no estás produciendo mucha leche, cuando en realidad no es así. Si tus senos ya no se sienten tan llenos como antes, esto no siempre significa que te estás quedando sin leche.
Una de las razones de este cambio es que quizás te hayas adaptado a las necesidades de alimentación de tu bebé. Tómalo como un proceso de “oferta y demanda”.
Si tu pediatra está preocupado en que tu bebé aumente de peso, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudar a aumentar tu suministro de leche, como amamantar y bombear con más frecuencia durante el día.
Para aumentar la producción de leche, debes estimular el complejo pezón/areola con la succión directa por parte del bebé y estimulación mediante masajes previo calor de ambos senos.
Los senos de una mujer se preparan durante el embarazo para recibir al bebé y este reciba todo lo que necesita para su crecimiento y desarrollo.
Además, el apego precoz, acople profundo, aumento en la frecuencia de succión, contacto piel con piel, el hecho de estar atentas a los signos de hambre del bebé, así como alimentarlo antes de que llore y dormir con él, nos ayudará a liberar más oxitocina y tendrás la capacidad de percibir todas las necesidades de tu hijo .
Si crees que tu producción ha bajado, no dudes en pedir una cita con la especialidad de Lactancia Materna que ofrece Clinica Internacional.
2. Mal agarre del pezón
Dar de amamantar no debe doler. Si duele, debes evaluar el agarre.
Podrías colocar a tu bebé en posición biológica, reversa o sandía. La posición debe funcionarle tanto a ti como a él. Recuerda que el acople debe ser profundo y que el bebé debe tomar una buena porción de mama, de modo que su boca esté abierta, sus labios evertidos, su mentón esté pegado al seno y su nariz libre.
La lactancia es placer, es goce, es disfrute.
En el caso que estés en una buena posición y tu bebé está succionando la leche correctamente, pero aun así sientes dolor, entonces probablemente tengas otros problemas y deberás acudir a una consulta.
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3. Pezones agrietados
Si la lactancia materna te está causando dolor, observe de manera más detenida tus pezones. ¿Están agrietados, secos o sangrando?
Los pezones agrietados pueden ser el resultado de muchas cosas diferentes, pero las soluciones son bastante simples.
Evita usar jabón, alcohol o loción normal para manos o cuerpo, y usa sostenes de algodón sueltos. Pueden intentar dejar un poco de leche en tus pezones luego de dar de amamantar a tu bebé para ayudar a acelerar el proceso de curación.
Por otra parte, trata de dar de lactar a tu bebé con más frecuencia justo antes de llorar. El llanto es un signo tardío de hambre. Si ofreces cuando está hambriento podría succionar con mucha fuerza y lastimar tu pezón.
Si nuestro bebé se acopla profundamente, al succionar, su lengua no comprimirá el pezón contra el paladar duro y no causará heridas en el mismo.
Para evitar heridas en los pezones, elige la posición para amamantar que te funcione a ti y a tu bebé. Coloca previamente a tu bebé piel con piel apenas muestre signos de hambre (agitación de brazos y piernas, murmullos, movimientos de sus ojos, de su boca, y succión de sus manos). No esperes a que llore, ya que el llanto es un signo tardío de hambre.
Para dar de amamantar, inicia tocando la nariz de tu bebé con el complejo pezón-areola. Cuando abra la boca, introduce una buena porción de mama. Si empiezas a sentir dolor, rompe la succión introduciendo tu dedo meñique entre las dos encias. Por último, intenta de nuevo.
Ten en cuenta que las heridas en los pezones deben tratarse por los especialistas de Lactancia para evitar complicaciones como mastitis y abscesos.
4. Conductos obstruidos
Si está produciendo leche más rápido de lo que la extraes, entonces uno de los conductos que transporta este alimento puede atorarse y causar un bloqueo. Cuando esto sucede, tu seno puede hincharse e inflamarse. Si empiezas a sentirte febril o adolorida, quizás sea un signo de infección y debas visitar a tu médico.
Los expertos recomiendan que te masajees el área adolorida y te apliques unas compresas tibias antes de amamantar. Estos consejos pueden ayudar a abrir los conductos, y aliviar el dolor y la hinchazón.
Ten en cuenta que no debes dejar de lado la lactancia materna. De hecho, dar de lactar con más frecuencia puede ayudar a aliviar un conducto obstruido.
Intenta primero alimentar a tu bebé con el seno que tiene el conducto obstruido (tu bebé es más fuerte al principio y eso puede ayudar a eliminar el bloqueo). Una vez que el conducto esté libre, es posible que el área siga sintiéndose sensible durante aproximadamente una semana, pero el bulto duro debe desaparecer y no debe ser tan doloroso dar de amamantar.
Para ayudar a prevenir obstrucciones en el futuro, evita los largos períodos de tiempo entre las tomas, y asegúrate de que los sostenes de lactancia estén bien ajustados y no tengan varillas, ya que estas pueden comprimir los conductos lácteos o mamarios. Asimismo, evita dormir sobre las mamas.
5. Ingurgitación mamaria
Las ingurgitaciones mamarias (acumulación de leche) son más frecuentes en las madres que han estado separadas muchas horas de sus bebés. Entre otras causas están la presencia de tetinas, disminución de tomas nocturnas, el ofrecimiento con horarios, etc.
Si tus senos se sienten hinchados, adoloridos y llenos de líquidos, es posible que tengas un alto suministro de leche y sufras de una ingurgitación.
En este caso, tu primer pensamiento será bombear la cantidad extra que tengas de leche, pero esto solo estaría fomentando a tu cuerpo que produzca más.
La solución es alternar compresas frías en el pecho y realizar masajes de presión inversa suavizante para ablandar la areola del seno. De esta manera, facilitarás la tarea de succionar la leche a tu bebé y estimularás menos la producción de leche.
6. Mastitis
La mastitis es una infección bacteriana en los senos que por lo general presenta síntomas parecidos al resfrío, como fiebre. Otros signos que pueden aparecer de manera repentina son sensibilidad e hinchazón de las mamas, sensación de calor al tacto, enrojecimiento de la piel, entre otros.
Esta condición es causada generalmente por conductos de leche obstruidos no tratados, ingurgitación mamaria o pezones agrietados que han provocado una infección.
La complicación de la mastitis es el absceso. Nuestra recomendación es que un equipo de salud actualizado y amigo de la lactancia acompañe a las madres en esta situación.
Es importante tratar esta infección con la ayuda de antibióticos y analgésicos previamente recetados por tu médico. No te preocupes por tu bebé: la leche del pecho enfermo no supone riesgo para él, por lo que la alimentación del pecho no debería suspenderse nunca.
De hecho, la lactancia materna ayuda a eliminar esta infección y la succión directa es el principal tratamiento.
Para prevenir la mastitis se recomienda ofrecer el pecho a demanda sin limitar la duración de la toma, evitar suplementos, evitar ropa ajustada y posturas que compriman la mama y, lo más importante, busca asesoría si sientes dolor al amamantar.
Los problemas durante la lactancia materna son bastantes comunes y pueden ocurrirle a cualquier mujer. No te desanimes.
En caso tengas preguntas o preocupaciones, no dudes en visitarnos. Nuestros médicos de Maternidad te asesorarán de la mejor manera posible y te ayudarán a resolver cualquier problema que tengas en cuanto a la lactancia materna.
Validado por la Dra. Ana María Sotillo Acero – Pediatra y Consultora Certificada Internacionalmente en Lactancia Materna (IBCLC ) – Clínica Internacional
En Clínica Internacional, tenemos a los mejores médicos especialistas en Maternidad, quienes te ayudarán con el cuidado integral de tu embarazo y de tu recién nacido. Si deseas reservar una cita con alguno de nuestros especialistas, puedes hacerlo a través de nuestra sección Citas en Línea.