Mientras que las transnacionales ya apuntan a la medicina de precisión y al uso de inteligencia artificial (IA) para diagnosticar enfermedades, las empresas de salud peruanas recién empiezan a interactuar en línea con sus clientes y a digitalizar sus historias clínicas. Esto último, sin embargo, constituye el punto de partida hacia un futuro en el que las empresas de tecnología se convertirán en importantes competidoras en la industria de la salud.

La transformación digital de los servicios de salud es inevitable, dice el documento guía Digital Transformation of Industries, elaborado por el Foro Económico Mundial y Accenture. Con más de 25,000 millones de dispositivos conectados y transmitiendo información a alta velocidad, servicios de nube que almacenan big data a bajo costo y las enormes posibilidades que ofrecen la analítica y la IA se está configurando un ecosistema que revolucionará la industria de la salud, tanto a las empresas como a los pacientes.

El campo se está abriendo rápidamente para actores tradicionalmente ajenos a esta industria. Un reciente artículo de The Economist advierte que las grandes compañías del sector tecnológico, como Google, Amazon, Microsoft y Apple, podrán aprovechar la inmensa cantidad de data reunida de sus usuarios para incursionar en este mercado, mediante apps enfocadas en el monitoreo de la salud o plataformas que faciliten la interconexión entre los servicios médicos.

Este proceso es de largo plazo, pero por lo pronto las empresas tecnológicas ya están haciendo sus primeras apuestas en el campo de la salud. Microsoft ha desarrollado aplicaciones con IA para mejorar la relación médico-paciente y analizar big data, mientras que IBM tiene una línea de negocios en salud enfocada en el uso de la computación cognitiva y la analítica para el diagnóstico médico, y para facilitar la gestión de hospitales y clínicas.

Google (ahora Alphabet) también dio un anuncio claro en la misma dirección cuando en el 2015 contrató a Thomas Insel, hasta entonces director del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos. De acuerdo con Business Insider, Google Life Sciences apuesta con fuerza por la investigación y el tratamiento de trastornos mentales y otras enfermedades crónicas, como la diabetes, a través de dispositivos como los medidores de glucosa incorporados en lentes de contacto.

Las capacidades de DeepMind, la compañía de IA de Google, también han sido puestas a prueba en el Royal Free Hospital del Reino Unido. Allí se emplea para hacer el seguimiento de los pacientes con mayores riesgos en sus funciones renales y comunicar cualquier incidencia en tiempo real a las enfermeras vía un app. De este modo, evitando el agravamiento de los pacientes, el hospital ha reportado que sus enfermeras ahorran dos horas al día, según un informe de la revista Wired.

Una medicina hecha a medida

El futuro de la medicina está en la personalización. Desde la secuenciación del genoma humano en el 2003 se trabaja en el diseño de fármacos, análisis y tratamientos que, a partir del código genético de cada persona, permitan prevenir el riesgo de enfermedades y tratar con éxito males de difícil curación, como el cáncer. El mercado mundial de pruebas y tratamientos genéticos alcanzará los US$4.6 mil millones en el 2025, según estimaciones de la consultora Grand View Research, Inc.

En el 2001, elaborar un mapa genético costó US$100 millones. Actualmente cuesta menos de US$1,000 y se espera que el costo sea mucho menor dentro de un par de años, según la desarrolladora de bases de datos Oracle. Muy pronto el mapa genético será parte de las pruebas de laboratorio rutinarias que se indican a los pacientes, pero se requerirán nuevas herramientas que ayuden a su comprensión. El big data es la más prometedora, por su capacidad de realizar el procesamiento informático de grandes volúmenes de datos y extraer valor de esa información.

Según Bloomberg, el uso de big data en la salud aún está en etapa inicial, sin embargo el futuro apunta a que, a partir del conocimiento obtenido por esta tecnología, se produzcan fármacos, tratamientos y dietas de acuerdo al código genético de cada persona y al medio ambiente en el que se desarrolla. De hecho captar la mayor cantidad de data en salud, especialmente en genética, es un punto clave en los esfuerzos de China por convertirse en el 2020 en una potencia mundial en medicina de precisión, según la Academia de Ciencias del país asiático.

En el Perú ya se usa big data para investigar el comportamiento de los genes en los diversos tipos de cáncer. Mediante el desarrollo de algoritmos y el manejo de software, el equipo de científicos de la Unidad de Investigación Básica y Traslacional de Oncosalud ha determinado algunas particularidades genéticas en el cáncer de pulmón y el cáncer de mama triple negativo, considerado como el más agresivo en su tipo, que servirán en el futuro para desarrollar medicamentos específicos.

“Para hacer una exploración masiva de todos los genes que hay en una célula se necesita big data porque se trata de 23,000 genes por célula. Antes, si querías saber a qué tratamiento respondía el paciente evaluabas algunos cuantos genes, pero ahora es posible analizar la expresión de todos los genes y determinar específicamente a qué mutaciones se deben dirigir determinados fármacos, y así mejorar las probabilidades de éxito en el tratamiento”, explica Joseph Pinto Oblitas, biólogo molecular y jefe de la Unidad de Investigación Básica y Traslacional de Oncosalud.

El poder de la IA

La IA también está siendo usada, aunque de manera incipiente, en el tratamiento de algunas enfermedades. Watson —la IA desarrollada por IBM, capaz de aprender y comunicarse en lenguaje natural— puede cotejar la historia médica de un paciente con las grandes cantidades de información que ha adquirido de miles de revistas científicas, libros, casos prácticos y ensayos clínicos. De esta manera puede dar recomendaciones de tratamiento a los médicos.

El año pasado, Watson diagnosticó en diez minutos la precisa condición que afectaba a una paciente con leucemia de Japón, cuyo caso había desconcertado a los médicos durante meses. Ése fue el tiempo que le tomó contrastar la historia clínica de la mujer con los veinte millones de registros que figuraban en el sistema del Instituto de Ciencias Médicas de la Universidad de Tokio. Watson es capaz de analizar 70,000 artículos científicos en un día, una tarea que, según los datos de IBM demandaría a un médico 38 años.

Esta evolución se acelerará en la medida en que las personas incorporen a su vida diaria más tecnología que les ayude a cuidar su salud. La consultora Deloitte estima que en los últimos dos años se ha duplicado el número de millennials que usa tecnologías para controlar su salud, como los wearables —dispositivos que se llevan puestos en alguna parte del cuerpo e interactúan de forma continua con el usuario— para medir la actividad física.

Historias clínicas digitales

Aunque aún no se implementa IA en el sector salud peruano, sí se registran avances en automatizar procesos internos para mejorar la experiencia del paciente. La base de esta transformación es la implementación de las historias clínicas digitales en sus sistemas, explica Humberto Salicetti, socio líder advisory de PwC, quien en los noventa fue testigo de cómo estos sistemas de información se implementaron en los grandes centros de salud de Boston, Estados Unidos.

Esta nueva generación de historias permite el registro digital de la práctica médica por cada paciente, lo que facilita que la información esté disponible al momento para todos los actores de la cadena de atención, desde el médico hasta la farmacia, lo que ahorra costos administrativos y reduce los errores humanos. “La información sobre el paciente todavía no se comparte de manera inteligente en el sistema de salud peruano. Uno se mueve de médico en médico, y te mandan a hacer en algunos casos los mismos exámenes. Así sólo se duplican los costos, y eso no es gerenciar en salud”, afirma Salicetti.

“No se trata sólo del registro electrónico de datos, sino también de software inteligente que advierte al médico sobre las interacciones farmacológicas entre los medicamentos que prescribe y que permite a las enfermeras administrar dosis seguras y oportunas”, precisa Rolando Liendo, gerente general de Lolimsa, una empresa peruana que produce tecnología médica en Puerto Rico, República Dominicana, Bolivia y Colombia.

En el Perú, las clínicas de la Red Auna y la clínica Ricardo Palma han digitalizado sus historias. Por el lado del sector público, el Ministerio de Salud está en la primera etapa de la conformación del Registro Nacional de Historias Clínicas Electrónicas (Renhice), creado en mayo del 2013. Desde entonces se trabaja en la integración, estandarización y conectividad de los sistemas y bases de datos que ya existen en los establecimientos públicos y privados a fin de que compartan esta información.

Además de reducir costos y errores humanos, las historias clínicas digitales ya se usan para involucrar a las personas en el cuidado de su salud, dice Rolando Liendo. Hace dos años, Intersystems, una compañía estadounidense que elabora software para el sector médico, desarrolló Healthshare Personal Community, una solución que permite que el paciente acceda a su historia clínica de manera sencilla. Estas innovaciones responden a un concepto relativamente nuevo en medicina: el compromiso del paciente. El acceso a la información sobre su estado de salud hace que las personas adopten hábitos saludables, cumplan con las prescripciones médicas, informen sobre los efectos de los fármacos y no abandonen los tratamientos.

Los beneficios de esta nueva generación de historias clí- nicas también tendrán impacto en la salud nacional, asegura André Medici, consultor sénior en temas de salud del Banco Mundial. “A través de ellas podremos realizar estadísticas de morbilidad, mortalidad y de atenciones prioritarias en salud para la población. Se trata de un elemento fundamental para la organización del sector y que permitirá armonizar las estrategias de atención de privados y públicos”, puntualiza.

El paciente interconectado

La clínica Delgado, que forma parte de la red Auna, tiene todos los procesos internos que recorren sus historias clínicas digitalizados. “Todos nuestros procesos están automatizados, desde las citas, admisión, emergencia, consulta externa, hospitalización, cirugía, farmacia, laboratorio clínico, imagen radiológica hasta laboratorio patológico. Eso nos permite ser más efectivos en la práctica médica, ya que nuestros médicos están interconectados y pueden ver la información de los pacientes en cualquiera de las clínicas que forman parte de la red Auna en el país”, explica Yuri Mormontoy, gerente de TI de la clínica Delgado.

“El paciente que se atiende en nuestra clínica de Lima y, por ejemplo, viaja a Arequipa se va a poder atender allí porque el médico tiene acceso a su historia clínica digital. Incluso los médicos pueden acceder a las historias clínicas desde su casa o si están fuera del país. Esto nos ayuda, además, a que haya una segunda opinión en diagnósticos y tratamientos, porque nuestros especialistas piden la opinión de sus colegas de otras clínicas”, agrega Mormontoy. También, con el soporte de los servicios de la nube de Amazon, la clínica Delgado lanzará sus plataformas online y apps para la gestión de citas médicas y resultados de laboratorio, a los que accederán médicos y pacientes.

Como parte de su estrategia de transformación digital, la red de clínicas Internacional —propiedad de Rimac— también está digitalizando sus historias clínicas. A la par, ha enfocado sus esfuerzos en el móvil. En el primer trimestre del 2016 lanzó la primera app en el Perú para tramitar citas médicas y a inicios del 2017 incluyó la opción de pago al aplicativo para que la gestión de citas sea 100% digital.

“La app fue un gran éxito por la conveniencia de su uso. Si llamas al cali center se tramita una cita en diez minutos, pero en la app este trámite dura entre 40 y 60 segundos. Esto ha contribuido con un incremento del 15% en el total de ventas de las clínicas [en el 2015, la red facturó US$157 millones, según Apoyo Consultoría]”, refiere Javier Alfaro, gerente de TI, innovación, procesos y transformación digital de la red de clínicas Internacional. Recientemente también se le agregó a la app la opción de solicitar teleconsultas, es decir, consultar con un médico a través de una llamada de celular. Está disponible para diagnósticos primarios.

En marzo del 2017, cuando ya fue posible atender teleconsultas, se sumó a la app la opción de escoger entre una cita presencial, virtual y a domicilio bajo el modelo on demand de Uber. “Si el paciente quiere que el médico vaya a su casa, puede escoger el que esté más cercano a su domicilio. Incluso, como en las apps de servicio de taxi, puede seguir su recorrido hasta que llegue. El especialista estará provisto de una tablet, en la que tendrá acceso a toda la información del paciente y podrá pedir las medicinas online, y éstas llegarán sin que el paciente haya tenido que moverse de su casa”, explica Alfaro.

La transformación digital de la red de clínicas Internacional incluye generar experiencias para sus pacientes. “Cuando llegan a las clínicas [las sedes de San Borja y El Polo], los pacientes reciben un saludo personalizado a través de nuestra app y luego, del mismo modo que Waze, ésta los guía dentro de las instalaciones y les indica cómo llegar a su consultorio. En el trayecto, gracias a los beacons [emisores de señales de corto alcance], les entregamos información personalizada sobre tratamientos, consejos y promociones”, señala Javier Alfaro.

Cuando culmine la digitalización de sus historias clí- nicas, la Internacional planea vigilar la salud de sus pacientes a través de wearables, un plan piloto que ya trabaja con personas hipertensas. De este modo se podrán hacer recomendaciones de dieta y actividad física, replantear los tratamientos y prevenir el agravamiento de sus dolencias.

Nuevos servicios, nuevos canales

El rubro de los seguros también será transformado por las nuevas tecnologías. “La tecnología hace que los consumidores exijan productos ad hoc, una comunicación más directa y una distribución sencilla. También hay cambios en el mundo de los seguros corporativos, porque las empresas acceden a sistemas sofisticados de control de riesgos que obligarán a la industria a redefinir quién contrata qué riesgos y qué tipo de productos hay que ofrecer. Por último habrá cambios profundos en los procesos internos de las aseguradoras con el uso de la nube, data analitycs, chatbots y robots”, detalla Fernando Ríos, vicepresidente ejecutivo de seguros personas y marketing de Rimac.

Rimac inició el plan de modernización de su plataforma tecnológica hace seis años, cuando empezó a dar mayor énfasis al potencial de negocios entre las personas y no sólo al segmento corporativo. Para ello fue necesaria una plataforma tecnológica abierta, flexible, basada en servicios, multicanal, multirriesgos y centrada en el cliente. Así, desarrollaron una página web que le permitió vender en línea diversos productos, como el SOAT, seguros de viajes, seguros oncológicos, seguros vehiculares telemáticos, etcétera.

Además, de la mano de IBM y Apple, el año pasado llevaron la analítica a la app de inspección de riesgos para empresas, con la que pasaron de usar un chechlist manual a hacer un scoring que les permite mejorar los tiempos del proceso y la calidad de las inspecciones, además de manejar una gran cantidad de data de sus clientes. “Como parte de la data que podemos obtener de manera automática están las coordenadas GPS, materiales de construcción, protecciones contra incendios, entre otros. Todo esto nos permite realizar una suscripción mucho más fina y adecuada a las necesidades de nuestros clientes, así como optimizar el uso de nuestras capacidades”, refiere Ríos.

En Rimac tienen en agenda para los próximos meses mejorar de productos y servicios que deben ser mucho más simples y accesibles para atender la demanda de sus clientes, de los cuales el 40% son millennials, una generación de nativos digitales que exige inmediatez, información disponible permanentemente y flexibilidad.

Tanto en las clínicas como en la industria de los seguros se están dando cambios profundos por el impulso de la tecnología y de consumidores abiertos a usar canales digitales alternativos para resguardar su salud. La base de esta transformación es la digitalización de las historias clínicas, que permite que la información del paciente se comparta de manera inteligente, sin duplicar exámenes —que encarecen los servicios— y al instante para toda la cadena de atención.