La faringitis es una de las causas más frecuentes de dolor de garganta. Puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es especialmente común en niños, adolescentes y jóvenes adultos. Desde la otorrinolaringología, es importante aprender a diferenciar cuándo se trata de un cuadro leve y cuándo requiere atención médica. Este artículo te ayudará a entender mejor los síntomas de la faringitis, sus causas, cómo reconocer si es viral o bacteriana y qué medidas tomar para aliviar las molestias sin complicaciones.
Ante cualquier duda, puedes agendar una cita médica en línea para recibir orientación profesional desde tu hogar.
¿Qué es la faringitis y por qué se produce?
La faringitis es la inflamación de la faringe, el área que se ubica al fondo de la boca, entre las amígdalas y la laringe. Se manifiesta principalmente como dolor de garganta, pero puede estar acompañada de otros síntomas, dependiendo de su causa.
En la mayoría de casos, su origen es viral, como ocurre con los resfriados o la gripe. También puede tener una causa bacteriana, siendo la más común el Streptococcus pyogenes. Además, existen otros factores que pueden desencadenarse, como alergias, reflujo gastroesofágico, irritantes ambientales o el uso excesivo de la voz.
Identificar la causa es esencial porque no todos los casos requieren antibióticos. De hecho, cuando el origen es viral, el tratamiento se basa en aliviar los síntomas y cuidar el descanso.
¿Cómo diferenciar entre una faringitis viral y bacteriana?
Aunque ambas pueden generar molestias similares, hay diferencias que pueden ayudarte a sospechar qué tipo de infección tienes:
- Faringitis viral: suele venir acompañada de congestión nasal, tos, fiebre leve, dolor de cabeza y malestar general. Es común en gripes o resfriados y mejora en unos días con cuidados en casa.
- Faringitis bacteriana: se manifiesta con dolor de garganta intenso, fiebre alta, ganglios inflamados en el cuello, dificultad al tragar y presencia de placas blancas en las amígdalas. En estos casos, es probable que se necesite tratamiento antibiótico.
En caso de duda, lo mejor es acudir al médico. Existen pruebas rápidas que ayudan a confirmar si se trata de una faringitis estreptocócica (bacteriana) y así definir el tratamiento adecuado.
Síntomas comunes que no debemos pasar por alto
El principal síntoma de la faringitis es el dolor de garganta, que puede sentirse como una molestia leve o un ardor fuerte al tragar. Sin embargo, puede estar acompañado de:
- Dificultad para tragar
- Fiebre (especialmente en faringitis bacteriana)
- Inflamación y enrojecimiento de la garganta
- Ganglios del cuello sensibles o hinchados
- Dolor de cabeza o cuerpo cortado
- Tos seca o irritativa (más común en la variante viral)
- Fatiga o decaimiento
- En algunos casos, náuseas o vómitos, sobre todo en niños
Aunque el dolor de garganta es el síntoma más llamativo, no siempre es sinónimo de faringitis. Puede estar relacionado con otros cuadros como amigdalitis, alergias, reflujo gástrico, o incluso un simple resfriado sin mayor compromiso. Por eso, observar el conjunto de síntomas es clave para saber cómo actuar.
¿Cuándo preocuparse y acudir al médico?
La mayoría de los casos de faringitis viral se resuelven solos en unos días con cuidados básicos: reposo, buena hidratación y analgésicos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno. Pero hay señales que indican la necesidad de evaluación médica:
- Dolor de garganta muy intenso que no mejora en 3 a 5 días
- Fiebre persistente o mayor a 38.5°C
- Dificultad para tragar o respirar
- Aparición de pus o placas en la garganta
- Dolor en el oído o cuello inflamado
- Antecedentes de faringitis estreptocócica sin tratar adecuadamente
El diagnóstico se hace a través del examen físico, historia clínica y, en algunos casos, exámenes complementarios como prueba rápida para estreptococo o cultivo de garganta.
Posibles complicaciones si no se trata adecuadamente
Ignorar una faringitis bacteriana o automedicarse sin control puede tener consecuencias graves. Algunas de las complicaciones incluyen:
- Abscesos periamigdalinos (acumulación de pus)
- Otitis media
- Fiebre reumática, que puede afectar el corazón y las articulaciones
- Glomerulonefritis (afectación renal)
- En casos raros, sepsis (infección generalizada)
Estas complicaciones pueden prevenirse con una consulta oportuna y siguiendo el tratamiento indicado por el médico.
Tratamiento y cuidados en casa
Para aliviar los síntomas de la faringitis viral o mientras se espera el efecto de los antibióticos en la bacteriana, se recomienda:
- Beber líquidos tibios (infusiones, caldos, agua)
- Hacer gárgaras con agua tibia y sal
- Evitar alimentos muy ácidos o picantes
- Usar analgésicos y antipiréticos bajo indicación médica
- Evitar el tabaco y ambientes con humo o contaminantes
Es importante recordar que los antibióticos no se usan en infecciones virales y su uso inadecuado puede generar resistencia bacteriana. Por eso, si los síntomas persisten o se agravan, lo mejor es sacar una cita médica para recibir un diagnóstico adecuado y evitar complicaciones innecesarias.