La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, se da cuando la presión arterial de una persona es mayor o igual a 140/90 mmHg. En muchas ocasiones, esta enfermedad es denominada como «asesino silencioso» ya que en la mayoría de los casos no presenta síntomas.
Está condición puede ser fatal en adultos mayores si no se sabe como tratar y controlar. Por ello, es muy importante conocer esta enfermedad, así como los riesgos que implica no tener un seguimiento continuo de la salud.
¿Qué es la presión arterial o sanguínea?
El corazón es el encargado de bombear sangre a todo el cuerpo y esto lo realiza a través de unos canales llamados arterias. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Cada vez que el corazón late (aproximadamente 60 a 70 veces por minuto cuando uno está en reposo), este bombea sangre hacia las arterias.
Cuando el corazón se encuentra bombeando sangre y la presión sanguínea esta en su más alto punto se denomina presión sistólica; cuando el corazón se encuentra en reposo y la presión disminuye se denomina presión diastólica.
Las dos definiciones anteriormente mencionadas corresponden a la medición con la que se mide la presión arterial. Por ejemplo, si su presión arterial es de 115/75 mmHg (milímetros de mercurio, unidad utilizada para medir la presión), la primera cifra (125) corresponde a su presión sistólica, mientras que la segunda (80) a su presión diastólica.
Cuando una persona sufre de presión arterial alta esto significa que su corazón trabaja con mayor dificultad, golpeando con mucha más fuerza las paredes de las arterias. Esto aumenta más el riesgo de sufrir derrames, ataques cardíacos, y problemas en los riñones.
La hipertensión en adultos mayores
Para un adulto mayor, como también para el resto de la población, se considera normal cuando la presión sanguínea se encuentra por debajo de 120/80mmHg. Mientras más bajo, mejor. No obstante, la hipertensión también es motivo de preocupación y debe de consultarse con un médico.
Los médicos clasifican como normal o prehipertensión cuando se tiene una presión entre 140/90 mmHg. La pre-hipertensión es cuando la presión sistólica (la primera cifra) se encuentra entre 120 y 139, y la presión diastólica entre 80 y 89.
Si un adulto mayor se encuentra en la etapa de la prehipertensión, lo más probable es que padezca de hipertensión en un futuro si no toma las medidas necesarias para prevenirla.
La hipertensión es cuando la presión llega a más de 140/90 mmHg.
¿Quienes están en mayor riesgo?
Existen distintos factores que conllevan a tener una presión alta, por ejemplo:
- El sobrepeso.
- Historia familiar (parientes que sufran de esta enfermedad).
- Prehipertensión.
- Hombres mayores de 45 años.
- Mujeres mayores de 55 años.
Otros factores que aumentan la presión sanguínea son:
- Consumir mucha sal.
- Beber cantidades enormes de alcohol.
- No ingerir suficiente potasio en la dieta.
- No realizar actividades físicas.
- Tomar ciertas medicinas.
- Fumar.
- Sufrir de estrés.
Síntomas de una presión sanguínea elevada
Como ya se mencionó, está enfermedad también es conocida como el «asesino silencioso» debido a que una persona puede sufrirla por años sin siquiera saberlo. La única manera de descubrir si se padece de esta enfermedad o no es midiéndose la presión con un doctor, ellos son los únicos quienes pueden determinar si uno sufre de hipertensión o no.
Por lo general, el doctor le toma la medida al paciente cuando este se encuentra sentado o echado en una camilla y esté relajado. A continuación, te compartimos algunas recomendaciones que pueden ayudarlo antes de su examen de la presión.
- No beba café o fume cigarrillos 30 minutos antes que le tomen la presión.
- Vista camisetas de manga corta.
- Vaya al baño antes del examen. Tener una vejijga completamente vacía puede cambiar la cifra de la presión.
- Esté sentado 5 minutos antes de ver al doctor.
Pregunte al doctor o a la enfermera sobre los resultados para que así usted mantenga un control de su presión desde el hogar. OJO: Es muy importante que entienda bien como debe monitorearse.
Se recomienda medirse la presión dos veces seguidas, con una diferencia de dos minutos, para asegurarse de esta manera que los números son los correctos.
Tratamiento
Es recomendable mantener la presión sanguínea en adultos mayores en cifras menores a 140/90 mmHg (130/80 mmHg si el paciente sufre de diabetes o de alguna enfermedad crónica en los riñones).
Se puede prevenir y controlar la presión alta cambiando algunos hábitos que nos ayudarán a la vez a tener una mejor salud:
- Mantener una dieta saludable para el corazón, la cual incluye en disminuir las cantidades de sal y sodio en los alimentos, comer alimentos sanos como frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa.
- Tener un peso ideal.
- Realizar ejercicios (por ejemplo, caminar 30 minutos al día).
- Dejar de fumar.
- Disminuir o evitar el consumo de alcohol.
En ciertos casos, la presión arterial puede mantenerse alta aún incluso se siga estos consejos. En estos casos, es necesario consumir algunos medicamentos que nos ayuden a disminuir nuestra presión.
Los medicamentos no lo curarán, sino tan solo se encargarán de controlar su presión. Consulte a su médico cuales son los medicamentos que lo ayudarán a poder disminuir su presión sanguínea. Es fundamental que consuma los medicamentos que su doctor le haya prescrito y en la hora exacta.
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Traducido y adaptado de Aging Care por Clínica Internacional