Si bien los miomas uterinos son tumores muy comunes y benignos, muchas mujeres se sienten incómodas o inseguras al hablar abiertamente sobre ellos. A menudo, no quieren hablar de síntomas como el sangrado abundante, períodos irregulares, dolor excesivo, dolor durante las relaciones sexuales o problemas de fertilidad. No obstante, hablar sobre los miomas, problema que afecta a millones de mujeres, es un tema crucial.

En el siguiente artículo de Clínica Internacional, compartiremos contigo más información sobre los miomas uterinos, síntomas, causas y qué recomendaciones tienen nuestros ginecólogos para ti.

¿Qué son los miomas uterinos?

Conocidos también como fibromas o leiomiomas, son tumores firmes, compactos y sobre todo benignos que crecen en las capas musculares del útero de una mujer. Los miomas están compuestos en sí de tejido de músculo liso y tejido conectivo fibroso.

Los miomas pueden variar de tamaño: pueden ser tan pequeños como un frijol o llegar a ser tan grandes como un melón. Si los miomas son excepcionalmente grandes, pueden causar presión sobre la vejiga u otros órganos, dando lugar a síntomas específicos

Tipos de miomas

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Los miomas uterinos a menudo se clasifican dependiendo de su ubicación dentro del útero:

  • Los miomas subserosos: Se encuentran debajo de la serosa (membrana de revestimiento o cubierta peritoneal en la parte externa del útero) y tienen una apariencia nodular.
  • Los miomas submucosos: Este tipo de mioma, a pesar de ser el menos común, puede penetrar la cavidad uterina hasta llegar a la capa interna del útero. Por lo general, se encuentran dentro de la pared muscular del útero y suelen ser los que provocan más problemas y síntomas.
  • Los miomas intramurales: Este es el tipo de mioma más común. Se encuentran incrustados dentro de la pared muscular del útero.
  • Los fibromas pediculados: crecen en un tallo de tejido conocido como pedículo, que se extiende dentro o fuera de la cavidad del útero.

Síntomas

Muchas mujeres no saben que tienen miomas uterinos debido a que no presentan ningún síntoma; sin embargo, aquellas (1 de cada 3) que si los experimentan sufren de:

  • períodos dolorosos o con sangrado abundante
  • sangrado inusual entre períodos
  • anemia
  • malestar en la parte inferior del abdomen
  • dolor en la parte baja de la espalda
  • una necesidad frecuente de orinar
  • estreñimiento
  • dolor o incomodidad durante el sexo

En casos raros, otras complicaciones causadas por los miomas uterinos o fibromas son problemas de infertilidad y abortos involuntarios repetitivos.

Una vez que se desarrolla un mioma, puede continuar creciendo hasta la menopausia. A medida que los niveles de estrógeno disminuyen después de esta etapa, usualmente los miomas empiezan a encogerse. De todas maneras, un chequeo ginecológico es importante para evitar que se desarrollen otros tipos de problemas.

Causas

Los miomas suelen afectar alrededor del 30% de mujeres entre las edades de 16 y 50 años. Durante estas edades, la mujer se encuentra en sus años reproductivos y produce mayores niveles de estrógeno que lo normal.

La causa de los miomas aún no se conoce con exactitud, pero se han relacionado con la hormona del estrógeno. Durante los años reproductivos, los niveles de estrógeno y progesterona de una mujer son más altos. Cuando los niveles de estrógeno aumentan, especialmente durante el embarazo, los miomas tienden a crecer o hincharse. Los niveles bajos de estrógeno pueden causar que los fibromas se encojan, como ocurre durante y después de la menopausia.

Se cree que los factores genéticos afectan el desarrollo de los miomas. Tener un pariente cercano con miomas aumenta las posibilidades de desarrollarlos. Asimismo, hay evidencia de que el consumo de carne roja, alcohol y cafeína, así como el sobrepeso y la obesidad, podrían aumentar dicho riesgo, y que una mayor ingesta de frutas y verduras lo reduciría. La maternidad (y cada vez que una mujer da a luz) también ayuda a reducir el riesgo de desarrollarlos.

¿Los miomas causan cáncer?

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En la mayoría de los casos, los miomas uterinos no son peligrosos. En otros, incluso los que no causan síntomas requieren ser extirpados y examinados.

Si un mioma crece a una rapidez anormal, debe examinarse con más detalle ya que existe una forma rara y cancerígena de mioma denominada leiomiosarcoma. Este tipo de tumor crece rápido y no se puede diferenciar de uno benigno por un ultrasonido, resonancia magnética u otros estudios de imagen. Además, si el mioma se hincha más de lo esperado, la cirugía puede llegar a ser más arriesgada.

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Diagnóstico

Los fibromas uterinos se diagnostican mediante exámenes pélvicos. Las siguientes pruebas de diagnóstico pueden detectar los miomas y descartar otros problemas:

  • El ginecólogo, a través de imágenes de ultrasonido, escanea el abdomen para  identificar miomas uterinos y así descartar posibles tumores ováricos.
  • Las imágenes por resonancia magnética y por tomografía computarizada también pueden desempeñar un papel en el diagnóstico de los fibromas.
  • Ocasionalmente, cuando se trata de determinar si un mioma está presente en la cavidad uterina (cavidad endometrial), se realiza un histerosonograma (HSG). En este procedimiento, se realiza una ecografía mientras se inyecta líquido de contraste en el útero a través del cuello uterino. El líquido dentro de la cavidad endometrial puede ayudar a delinear cualquier masa que esté dentro, como los fibromas submucosos.
  • Una histeroscopia utiliza un pequeño dispositivo con una cámara adjunta al extremo para examinar el interior del útero. El dispositivo se inserta a través de la vagina y llega al útero a través del cuello uterino. Si es necesario, el médico puede tomar una biopsia para identificar células potencialmente cancerígenas en el área.
  • También se puede realizar una laparoscopia. Durante este procedimiento, el médico hace una pequeña abertura en la piel del abdomen e inserta un pequeño tubo con una cámara a través de las capas de la pared abdominal. La cámara llega a la cavidad abdominopélvica y se empieza a examinar el exterior del útero y las estructuras que lo rodean. Si es necesario, se puede tomar una biopsia para descartar otros problemas.

Tratamiento

Dado que la mayoría de los miomas dejan de crecer o incluso empiezan a encogerse cuando una mujer se acerca a la menopausia, tu ginecólogo puede sugerirte que te encuentres solamente bajo observación. De esta manera, podrá supervisar tus síntomas cuidadosamente para garantizar que no haya cambios o desarrollos significativos.

En caso que tus miomas sean grandes y te estén causando síntomas significativos, será necesario seguir un tratamiento. El ginecólogo basará el tratamiento dependiendo de lo siguiente:

  • Tu estado general de salud y su historial médico
  • Alcance de la enfermedad
  • Tu tolerancia a medicamentos, procedimientos o terapias específicos
  • Expectativas para el curso de la enfermedad
  • Tu deseo de embarazo

En general, el tratamiento de los miomas puede incluir:

  • Analgésicos antiinflamatorios: Este tipo de medicamento es efectivo para las mujeres que experimentan dolor o molestias pélvicos ocasionales.
  • Píldoras anticonceptivas: Los anticonceptivos orales ayudan a regular el ciclo de la ovulación y reducen la cantidad de dolor o sangrado durante los períodos.
  • Agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (agonistas de la GnRH): Este medicamento reduce los niveles de estrógeno y desencadena una “menopausia médica”. No afecta a la fertilidad luego de que el tratamiento haya finalizado. Los agonistas de GnRH se utilizan para reducir el tamaño del mioma, lo que facilita el tratamiento quirúrgico.
  • Histerectomía: Este procedimiento quirúrgico implica la extirpación total o parcial del útero. La histerectomía es considerada para tratar los miomas excesivamente grandes. Los miomas siguen siendo la razón principal de este proceso en varios países.
  • Miomectomía: Parte del procedimiento de la terapia quirúrgica conservadora, la miomectomía se realiza extirpando los miomas y dejando intacto el útero para permitir un futuro embarazo. Las mujeres con miomas muy grandes y ubicados en lugares particulares del útero puede que no sean aptas para esta operación.
  • Embolización de la arteria uterina: También llamada embolización de fibromas uterinos, la embolización de la arteria uterina (EAU) es una nueva técnica mínimamente invasiva (no es necesario realizar una gran incisión abdominal). Las arterias que suministran sangre a los miomas se identifican, luego se embolizan (bloquean). La embolización interrumpe sus suministros de sangre y los encoge.

En Clínica Internacional contamos con la especialidad de Ginecología, en donde podrás aprender más sobre la salud de la mujer. Si deseas reservar una cita con alguno de nuestros especialistas en ginecología, puedes hacerlo a través de nuestra sección Citas en Línea.

Fuente y adapado de: medicalnewstoday.com